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El sistema de transmisión o cambio automático es el que se encarga de cambiar la relación de marchas sin que el usuario intervenga cuando el vehículo está en movimiento. De esta forma, el conductor no necesita realizar el cambio de marcha de forma manual. En estos cambios automáticos, las desmultiplicaciones se obtienen mediante engranajes epicicloidales o planetarios, mientras que en los manuales se realizan con los llamados engranajes paralelos.
¿Cómo surgen las cajas de cambio automáticas?
Las primeras cajas de cambio automáticas surgen en 1940, y su objetivo era doble: incrementar el número de usuarios que podían conducir, y ampliar el mercado de los fabricantes. De hecho, no se trataba de transmisiones 100% automáticas, sino que cambiaban de forma autónoma cuando el vehículo ya estaba en movimiento. Además, funcionaban con un aceite hidráulico simple y no con un ATF, que no se desarrolló hasta años después.
Hoy en día, la caja de cambios automática predominante es la que funciona hidráulicamente mediante un acoplamiento fluido o un convertidor de par y un conjunto de planetarios que proporcionan la multiplicación necesaria. Uno de los componentes más importantes de la transmisión automática es la bomba de aceite, que suministra el caudal de líquido lubricante a todos los componentes y engranajes.
¿Cómo funciona un cambio automático?
Las diferencias con respecto a un cambio manual son bastante obvias. Mientras que en el manual el conductor debe pisar el embrague y mover la palanca, en el cambio automático esta operación la realiza el vehículo mediante una centralita que percibe la presión del pedal del acelerador o del freno, y actúa de forma automática para seleccionar así la marcha adecuada.
¿Qué elementos componen una caja de cambios automática?
Para que te quede claro su funcionamiento, se debe conocer de qué piezas se forma:
- Convertidor de par.
- Juego de engranajes planetarios.
- Bandas de material de fricción para prensar parte del juego de planetarios.
- Juego de embragues.
- Sistema hidráulico.
- Bomba de aceite que presuriza, lubrica y enfría.
Tipos de cajas de cambio automático
También debes saber que no hay una sola tipología en este caso, por eso nos gustaría resumirlas:
- Convertidor de par: Montada en los primeros cambios automáticos, está formada por una carcasa redonda que se compone de dos turbinas, una conectada al motor y otra a la caja de velocidades. Cuando el motor gira, el aceite es impulsado proyectándose hacia la turbina. Cuanto mayor sea el número de revoluciones más fuerza tendrá el aceite que hará que la turbina gire y que el vehículo inicie la marcha. En la actualidad se trata de una de las cajas más fiables en cuanto a calidad y precio, y se emplea en vehículos de alta cilindrada.
- Caja de cambios manual pilotada: Es una mezcla entre una caja de cambios manual y una automática, y se denomina CMP. Incorpora un sistema de embrague interno que acciona de forma automática la marcha. Aunque no disponga de pedal de embrague, conviene levantar el pedal del acelerador al producirse el cambio para evitar un cambio de marcha brusco. Como resultado obtendremos una respuesta muy similar a la de la transmisión manual pero sin necesidad de presionar ni cambiar de marcha.
- Caja de cambio por variador continuo: Es un sistema similar al convertidor de par, pero que incorpora un sistema de desarrollo formado por dos poleas unidas por una cadena que transmite la potencia del motor a los engranajes de la caja. Las transmisiones se diferencian por el diámetro en el que se mueve la cadena. Su principal ventaja es que apenas produce retención, por lo que una vez lanzado no hace casi falta acelerar para mantener la velocidad, lo que se traduce en un bajo consumo de combustible.
- Caja de cambios de doble embrague: Compuesta por dos cajas de cambio automáticas en una. La primera se encarga de las marchas impares y la segunda de las pares, de este modo se producen los cambios en cuestión de milésimas de segundo, mucho más rápido de lo que podría cambiar un conductor de forma manual. Cuando la caja engrana una marcha, la otra ya está preparada para introducir la siguiente, de modo que se consigue una mayor suavidad en la conducción y una mejora del consumo.
El mantenimiento de las cajas de cambio automáticas
Se trata de un elemento fundamental para que se produzca el correcto funcionamiento del vehículo, por ello necesita un mantenimiento, que consiste en la sustitución del aceite de transmisión (ATEF) y el filtro. Esta operación debe realizarse con una máquina especial que hace una transfusión completa del fluido para que el nuevo ATF entre en la caja de cambios totalmente limpio, y debe estar confiada únicamente a profesionales del sector.
En España, el cambio automático todavía no se impone como el preferido por los conductores. El último informe realizado por Ford Motor Company nos dice que el 83% de los conductores europeos prefiere un cambio manual, y en España esta cifra se eleva hasta el 95%. Por ello, si disponemos de uno, debemos acudir a especialistas del sector que nos garanticen una correcta reparación y/o mantenimiento de la caja de cambios.